El Sierra San Vicente FS mide su madurez ante un Olías joven y reforzado en un duelo con aroma a derbi

Con juventud, trabajo y alegría en el juego, Olías y Sierra San Vicente FS se citan en un duelo de alta intensidad. Chema Blanco avisa de que será un partido muy complicado en pleno arranque exigente de calendario.

El fútbol sala provincial ofrece cada año duelos que, sin figurar oficialmente como derbis, se viven con esa intensidad especial en la pista y en la grada. El choque entre Sierra San Vicente FS y Olías es uno de ellos. No es solo un partido más: es un pulso entre dos equipos jóvenes, atrevidos, con un estilo alegre y valiente, que buscan crecer en la categoría y dejar claro que este curso tienen mucho que decir. Chema Blanco, entrenador del Sierra San Vicente, no ha dudado en colocar al Olías en el lugar que merece: un rival incómodo y en plena construcción. “Se ha reforzado bien, mantiene tres o cuatro veteranos que están a gran nivel y tiene un equipo muy parecido al nuestro. Juventud, trabajo, alegría… Sabemos que será un partido durísimo”, apuntaba el técnico durante la semana. La comparación no es casual. Ambos conjuntos comparten perfil: plantillas frescas, dinámicas, con margen de mejora y con la ilusión como combustible. La diferencia la pueden marcar esos veteranos que, en el caso del Olías, han sabido convertirse en líderes silenciosos dentro de un vestuario que desprende energía. El Sierra llega con la sensación de que el calendario no ha tenido clemencia. El arranque ha sido exigente y las primeras jornadas, lejos de dar margen de adaptación, han puesto a prueba la resistencia del grupo. Aun así, Blanco es optimista: “Estos puntos al final de temporada los tendremos conseguidos. La clave es pelear cada encuentro como si fuera el último”.

La visión del técnico deja entrever confianza en el trabajo realizado. El equipo ha ido mostrando mejoras desde la pretemporada y, según su entrenador, ha ganado en madurez, el gran objetivo de este curso: ser capaces de mantener la misma intensidad en los momentos complicados. Si hay un valor que define al Sierra San Vicente FS es el ambiente en el vestuario. No es una frase hecha: el club ha sabido proteger esa identidad a lo largo de los años, incluso en los momentos más delicados de ascensos y descensos. “Aquí solo hay sitio para jugadores trabajadores, empáticos y generosos. Si alguien se sale de ese guion, tomamos decisiones rápidas”, explicaba Blanco.

Esa cultura interna explica la solidez del grupo y el compromiso que se ve reflejado en cada entrenamiento. Nadie está por encima del colectivo y esa filosofía es, en muchos casos, tan decisiva como cualquier planteamiento táctico. En la portería, la apuesta está clara: Carlos y Samuel serán los referentes bajo palos esta temporada, acompañados por los juveniles Alberto y Ángel. El rendimiento hasta ahora ha convencido al cuerpo técnico. “Estoy tan seguro como el año pasado asegura Blanco, los dos porteros están a gran nivel y el equipo se siente muy protegido atrás”. El Sierra, de hecho, ha mostrado una defensa más sólida en este inicio de curso. La capacidad para mantener la concentración sin balón será uno de los factores que determinen sus opciones de victoria en este partido.

El rival no se queda atrás. El Olías llega con la frescura de sus jóvenes, reforzados por la experiencia de cuatro veteranos que marcan diferencias. En sus últimos encuentros han demostrado capacidad para competir de tú a tú con cualquier equipo, algo que no pasa desapercibido en el banquillo rival. Blanco, que ya ha analizado vídeos del Olías, reconoce que espera un encuentro de ritmo alto y con alternativas constantes. “Será un partido muy disputado, muy difícil. Ellos están frescos como nosotros y llegan con mucha confianza”. Con solo cuatro jornadas disputadas, este duelo se presenta como un primer gran termómetro de la temporada. El Sierra San Vicente FS busca engancharse a la clasificación y, sobre todo, consolidar esa madurez que les permita competir en igualdad de condiciones con los equipos más completos. Enfrente, un Olías con hambre de reivindicarse, capaz de hacer daño con su frescura ofensiva y la serenidad de sus veteranos. La mezcla perfecta para un choque vibrante. El pabellón será testigo de un partido que, aunque se juegue pronto, puede marcar sensaciones a medio plazo. Porque más allá de los tres puntos, está en juego algo más profundo: identidad, confianza y el pulso competitivo de dos equipos que quieren ser protagonistas en la temporada.

Redacción:  Óscar Bonilla

Imagen: Tania Fernández