El CF Talavera viaja a Barreiro sin miedo y con hambre de reivindicación

Los de Nogales llegan a Vigo con la convicción de que el equipo ha vuelto a encontrarse consigo mismo.

El CF Talavera viaja este sábado a Vigo con una idea clara: reencontrarse con su verdadero rostro. Tras un fin de semana gris en Valdebebas, donde el equipo perdió parte de ese gen competitivo que le ha caracterizado desde el inicio de curso, los de Diego Nogales afrontan el duelo ante el Celta Fortuna como una oportunidad para reafirmar su personalidad y volver a mirar hacia arriba. Durante la semana, el mensaje en el vestuario ha sido tan sencillo como contundente: recuperar las señas de identidad. El propio Nogales lo ha repetido en su comparecencia de los jueves esa cita ya habitual donde el técnico suele marcar el tono de la jornada. El preparador blanquiazul ha insistido en la madurez con la que el grupo ha asimilado la derrota ante el Castilla, un partido en el que, por momentos, el equipo se sintió irreconocible.

El reto no será menor. El Municipal de Barreiro, con sus dimensiones reducidas (100×64), plantea un escenario muy distinto al de El Prado. Es un campo donde cada balón parado cuenta, donde las segundas jugadas marcan la diferencia y donde no hay tiempo para la duda. Nogales lo sabe y ha preparado a los suyos para ajustarse al contexto: presión alta, ritmo intenso y atención máxima a los pequeños detalles que pueden decidir un encuentro igualado. El rival, el Celta Fortuna, mantiene la esencia de los filiales gallegos: vertical, valiente y con talento joven. Pero el Talavera llega con el colmillo afilado. Los blanquiazules han aprendido a competir lejos de casa una victoria, un empate y tres derrotas mínimas, siempre con partidos que se deciden por un solo gol. El equipo ha demostrado que compite, aunque falte rematar. Y esa sensación de estar siempre cerca del premio genera confianza. La plantilla llega en un buen momento anímico, pese a la baja confirmada de Fran Rodríguez, lesionado en el tríceps sural y con un mes estimado de recuperación. El lateral trabaja para volver pronto, mientras el grupo lo arropa. El resto, disponibles.

Y todos los focos apuntan a Gonzalo Di Renzo, máximo goleador con tres tantos, que sigue siendo el alma ofensiva del equipo. El argentino, tan bravo como eficaz, está apercibido de sanción, pero Nogales confía en su carácter. “Es un delantero que contagia”, dicen dentro del vestuario. Su presencia simboliza ese espíritu que el Talavera quiere recuperar en Barreiro: intensidad, coraje y hambre. La derrota en Valdebebas ha servido como punto de inflexión. Nogales lo ha dicho con serenidad: había que entender por qué el equipo dejó de ser él mismo, y la respuesta ha llegado desde dentro. El cuerpo técnico ha trabajado en las sensaciones más que en los números, en los gestos más que en las estadísticas. Porque este Talavera no se mide solo en puntos, sino en identidad competitiva. En Vigo, el objetivo no es solo ganar, sino volver a sentirse el Talavera que gusta. El de las transiciones rápidas, el que defiende junto y ataca con valentía, el que no se esconde en los escenarios complicados. Y Barreiro, con su ambiente, su césped corto y su ritmo frenético, puede ser el lugar perfecto para reencontrarse con esa versión más reconocible y sin miedo. El Talavera llega sin complejos, con el trabajo hecho y la convicción intacta. Y aunque la clasificación diga que los detalles marcan la diferencia, en este equipo todos saben que cuando aparece el verdadero Talavera, los rivales lo notan.

 


Redacción: Óscar Bonilla

Imagen: CF Talavera

06/11/2025